Holodomor
Espigas
y palabras
todas
rotas,
espigas
y palabras
todas
olvidadas,
espigas
que alimentan,
palabras
que asesinan,
espigas
y palabras,
Ucrania
rota.
un
niño que fallece
una
madre llora,
una
madre que fallece
un
niño que llora,
espigas
y palabras
Ucrania
llora.
-.-.-.-.-.-.-.-
¡Cobijen
a Ucrania
tras
las estepas!
¡Pónganle
un abrigo,
preparen
su mesa!
traigan
un alivio
a su
gente enferma,
salven
a los niños,
salven
lo que queda…
Busquen
en su pueblo
las
verdades ciertas,
busquen,
no se
olviden
nunca
de esta tierra,
y de
su sufrimiento,
su
historia funesta.
Espigas
del hambre,
familias
deshechas
muerte
que sonríes,
las
casas penetras
del
Caspio al Dnister
y de
Kyiv a Odesa
muerte,
muerte y muerte
muerte
donde quieran…
No
alcanzaron ojos
para
mirar tanto horror,
no alcanzaron
oídos
para
escuchar tanto llanto,
no
alcanzaron las manos
para
enterrar tantos muertos…
Ana, Katerina, Oles, Taras…
Roman, Olga, Irina, …
la lista no termina nunca.
Kharkiv, Dnipropetrovk, Rostov, Cherkasy
Zaporizhzhia, Poltava, Horlivka…
Vinnitsya, Kirovohrad, Kremenchuk, Zhytomyr,
la lista no termina nunca…
-.-.-.-.-.-.-.-
Ya no
hay gente en los pueblos,
ya
llegó lo peor,
ya
nadie entierra a nadie
porque
ya nadie quedó.
Y en
el silencio eterno
de
millones silenciados,
en el
silencio eterno:
¡El
alma de Ucrania quedó!
-.-.-.-.-.-.-.-
¡Vuelve,
Tarás!
a
despertar a tu pueblo,
vuelve,
Tarás!
a
cobijarlo con tu pluma,
única,
inmortal,
de un
libre, entre libres.
Vuelve
y escribe, retrátalo todo,
todo
lo que tus ojos
puedan
mirar,
todo
lo que tus manos
puedan
escribir,
todo
lo que tu corazón
digno
corazón ucranio,
pueda
expresar.
No
dejes solos
a los
hijos de la gran Rus΄,
no
dejes solos,
a la
sangre de la antigua
Kyiv,
¡Vuelve,
y condénalo todo,
vuelve
Tarás!
-.-.-.-.-.-.-.-
Recordarán
tus nietos
con
espigas y flores,
recordarán
tus nietos
con
velas encendidas,
y
pasarán los años
y las
generaciones,
quedará
el recuerdo
de lo
que aconteció.
Sobre
tu tierra verde.
sobre
la verde Ucrania
las
lágrimas del hambre
de una
generación,
le
ponen nombre al crimen
al más
aberrante,
a
morirse de hambre,
el
nombre:
Holodomor…
Gustavo Fernando
Sterczek